Los repositorios universitarios, 7 líneas de crecimiento

Los repositorios universitarios, 7 líneas de crecimiento

Lo repositorios universitarios nacen por la necesidad concreta de la comunidad cientifica de depositar sus documentos públicos en las instituciones donde se financian y también por la conversión al Open Access en la universidad española.

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Los profesores universitarios que hasta hace pocos años producían todo impreso, han pasado a producirlo todo de forma electrónica, para desconsuelo de reprografías. Igualmente, las tipologías documentales que generan se han multiplicado, hay hasta quien se atreve a generar vídeos en sus clases e investigaciones. Pero la aparición de repositorios se justificó principalmente al objeto de alojar y reunir la producción científica digital de los profesores universitarios, especialmente de aquellos trabajos publicados en revistas de pago, con el objetivo de poder acceder a ellos y permiter el acceso externo y por tanto visualizar la producción de las universidades. ¿Cuál es el problema? Pues que debido a las limitaciones de nuestros repositorios, los profesores/investigadores están subiendo sus materiales a otras plataformas, como redes sociales académicas (Researchgate, Academia, etc.), o repositorios genéricos y especializados (Youtube, Vimeo, Slideshare o Figshare), cuando su espacio habitual serían los repositorios universitarios, lo que hace que la universidad pierde legítima visibilidad.

Ya de por sí es y fue criticable que en lugar de crear un sólo repositorio para todo el sistema universitario español, con el consiguiente ahorro para el contribuyente (producto de las palabras contribuidor + creyente), se creasen un repositorio para cada universidad. A los repositorios universitarios les ha pasado como a Benjamín Button, que en plena web 2.0 nacieron viejos y decrépitos, esperemos que el tiempo y la necesidad los hagan rejuvenecer. Las universidades crearon servicios estáticos, cuando el repositorio, por contener documentos electrónicos en constante cambio, debe ser una unidad a la vanguardia de las tecnologías de la información, con un personal con capacidad para desarrollar innovaciones, adecuándose a los nuevos sistemas de gestión documental que están surgiendo. Podríamos decir que el único desarrollo que han tenido los repositorios se ha limitado al ingenio con el cual cada universidad ha llamado al suyo. Desconociendo muchos de estos nombres, creo que el mejor lo ostenta el repositorio de la UNIR (REUNIR).

¿Qué aspectos debe incorporar los repositorios para adaptarse a los tiempos? Desde mi modesta opinión, los retos a afrontar son los siguientes.

  1. Apertura documental de los repositorios. Cualquier tipo de documento generado por la universidad en sus tres dimensiones (docencia, investigación y transferencia), debe tener cabida en el repositorio; documentos textuales, audios, vídeos, datasheets, etc. Es un gasto innecesario que la universidad tenga por una parte un portal de vídeos con materiales docentes y científicos, por otro lado un portal de datasheets y además documentos docentes y científicos desperdigados por infinidad de páginas web de facultades, departamentos y grupos de investigación.
  2. Interactividad documental. En el año 2015 es ilógico que para acceder a un documento tengas que descargártelo y poseer el software que sea capaz de abrirlo, en lugar de tener otras opciones como puedan ser la visualización en pantalla o poder incrustarlo en tu página web. Por este motivo muchos profesores están subiendo sus trabajos a otras plataformas; presentaciones a slideshare, vídeos a youtube, etc. Las interfaces de los propios repositorios deben aprovechar las características de cada documento para representarlo adecuadamente.
  3. El repositorio como principal fuente de información para los sistemas de Evaluación Científica. Algo que ya están haciendo algunas universidades, es que utilizan los repositorios institucionales para evaluar la producción científica en todos sus niveles, área, departamentos y profesores e investigadores. Esta decisión facilita enormemente la vida a los investigadores que no tienen que estar presentando actualizaciones de sus currículos constantemente, facilita la vida a los evaluadores que no se embarcan en largas búsquedas en bases de datos y además, es un aliciente para que los profesores mantengan actualizado sus perfiles en los repositorios, por la cuenta que les trae.
  4. Uso de métricas. Otro aspecto llamativo es que los repositorios se siguen limitando mayoritariamente a ofrecer métricas 1.0 (visitas, descargas). Estamos en un momento en que existe infinidad de métricas, los repositorios de una forma relativamente fácil pueden incorporar indicadores a los artículos como el impacto científico´o la clasificación de la revista donde se publica según duferentes productos (Web of Science, Scimago Journal Rank, CIRC, etc.), las citas que reciben en los documentos. Todo esto por no hablar de las nuevas Altmetrics. Algunos argumentarán que esto es difícil y costoso. En la revista Comunicar, con un presupuesto muy reducido se hace, ¿por qué una universidad no puede afrontar este reto?
  5. Interrelación con otros servicios universitarios.
    5.1. Editorial Universitaria. La Universidad de Salamanca, en un acto profético, puso en impresión bajo demanda todos sus fondos. ¿Cuántos profesores optan por poner en el repositorio digital sus libros ante la imposibilidad de los alumnos de acceder a ediciones ya agotadas? Estoy seguro que muchos alumnos pagarían por que esos libros pudiesen ser impresos, con el consiguiente beneficio para todas las partes.
    5.2. Servicio de Publicaciones. Algunos creemos que el repositorio universitario es el lugar adecuado para almacenar los artículos de las revistas universitarias, por supuesto, a través de la revista se entraría con un interfaz distinto que a través del propio repositorio. Esta sinergia ahorraría recursos y optimizaría el proceso de comunicación de los documentos.
  6. Aportar valor añadido a los documentos. ¿Por qué las universidades no se plantean dotar de un DOI a los documentos electrónicos de sus profesores? Por supuesto sólo a aquellos que lo soliciten. Esto evitará la migración a otros servicios que lo están haciendo gratuitamente.
  7. Gestión bibliográfica. Otro aspecto que todavía está en proceso de desarrollo es el de la exportación de datos. Los repositorios deben darle a los investigadores facilidades para exportar sus trabajos a los distintos gestores de referencia, pudiendo exportar los trabajos en formatos básicos como son BibTex, Endnote, RIS… Igualmente, se debería mejorar las búsqueda de trabajos y permitir la descarga masiva de registros, lo que facilitaría la investigación de estudios sobre la producción científica de la universidad.

Recapitulando, el problema general de los repositorios de las bibliotecas universitarias es que, como servicio, ha sido concebido igual que un archivo impreso, estáticos, al cargo de un bibliotecario que hacía las funciones de gestor, guardián y conservador. En lugar de ser punta de lanza de la biblioteca universitaria, han optado por ser un servicio conservador, más dispuesto a conservar la punta de lanza que a exponerla, como si fuese la de Longino. Y, mientras la universidad se mantiene estática, el investigador al igual que la propia investigación, evoluciona y busca fuera, y sin reparo ninguno, hospitalidad y funcionalidad para su producción.