Web of Science, Scopus y la batalla por el «Nuevo Mundo»

Web of Science, Scopus y la batalla por el «Nuevo Mundo»

De la misma forma que una vez los imperios coloniales de España y Portugal miraron con ávida esperanza a poniente, de similar manera, Elsevier y Thomson Reuters compiten por consolidar sus productos, Scopus y Web of Science, como referentes para Latinoamérica. Aunque la batalla no ha acabado, parece que Scopus, contra todo pronóstico, va ganando. Aquí no hay pacto ni tratado de Tordesillas que valga, ambos productos buscan consolidarse como referentes en el mundo e Iberoamérica es un buen ejemplo de la competencia en los países de la periferia científica.

Hasta hace poco, la lucha parecía simplificarse a dos dimensiones, prestigio científico y número de revistasWeb of Science es el producto con mayor reconocimiento internacional, por cuestiones históricas (es el original) y también por mantener unos criterios de inclusión y expulsión transparentes y efectivos. Scopus por el contrario mantiene unos criterios de inclusión más laxos y prácticamente no excluye a revistas ya indexadas, lo que les ha permitido partir desde su nacimiento con una mejor representación de revistas iberoamericanas, aunque la sola presencia de una revista en Scopus no sea un indicador de calidad.

Esta lucha por aumentar la cobertura científica hizo que Web of Science declarase en un primer momento su interés por mejorar la representación de países que apenas tenían presencia en Web of Science. Recordemos el incremento de revistas españolas en JCR, pasamos de 43 revistas en 2007 a 125 en el año 2010. Pero esta forma de crecer amenazaba la consistencia del producto y por tanto tenía un límite. ¿Cómo igualar entonces a Scopus sin poner en riesgo el factor elitista? Creando nuevas bases de datos externas a JCR, en este caso SciELO Citation Index y Emerging Source Citation Index.

Doce años después del advenimiento de Scopus, parece que WOS tiene de nuevo todos los ases en su manga en la partida iberoamericana; prestigio y un mayor número de revistas indexadas. Sin embargo, la realidad dista mucho de ser así. Mientras WOS se preocupaba por igualar en número de revistas a Scopus, Elsevier ha estado trabajando en aplicaciones. Concretamente la empresa Scimago crea estos años dos productos que explican el éxito de Scopus en Iberoamérica; un ranking de revistas de Scopus, Scimago Journal Rank, y un ranking de universidades (y otras tipologías de instituciones) basado en los artículos publicados en Scopus, Scimago Institutions Rankings.

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¿De qué les sirve a los países iberoamericanos tener más revistas si éstas no son medidas? Por tanto, no pueden ser utilizadas plenamente para procesos evaluativos nacionales. Los Ranking de Universidades internacionales, que miden la dimensión científica con los artículos WOS, apenas poseen presencia de universidades iberoamericanas. En cambio, el Scimago Institutions Rankings al basar su datos científicos en Scopus, presenta el más completo mapa de universidades iberoamericanas (si obviamos el ranking web Webometrics). No olvidemos que los presupuestos los gestionan políticos y no científicos, gestores más preocupados por la presencia e imagen de las universidades que por la creación de conocimiento real.

Por último, es justo acabar el post llamando la atención sobre un tercer actor que puede determinar el futuro, Google Scholar. Ya existen aplicaciones basadas en Google Scholar que realizan métricas de revistas científicas, ganando en exhaustividad de fuentes a cualquier producto conocido (y en precio). Para las revistas tenemos Journal Scholar Metrics  (Grupo de Investigación EC3) que presenta el más exhaustivo ranking de revistas según Google Scholar Metrics para las áreas de Ciencias Sociales y Humanidades. También comienzan a aparecer productos que demuestran la capacidad de Google Scholar para caracterizar universidades, como el Top 2000 Universities by Google Scholar Citations (Cybermetrics Lab- CSIC).